Ábrete a Dios
Orar significa abrir tus manos ante Dios. Significa ir relajando poco a poco la tensión que mantiene unidas tus manos y aceptar tu existencia con una preparación cada vez mayor; no como una posesión que defender, sino como un don que recibir. Ante todo, orar es una forma de vida que te permite encontrar la quietud en medio del mundo donde abres las manos a las promesas de Dios y encuentras esperanza para ti mismo, para tu prójimo y para tu mundo. En la oración encuentras a Dios no solo en la dulce voz y en la suave brisa, sino también en medio del torbellino del mundo, en el sufrimiento y en la alegría de tu prójimo y en la soledad de tu propio corazón.
La oración te lleva a ver nuevos senderos y a escuchar nuevas melodías en el aire. La oración es el soplo de vida que te da libertad para ir y permanecer donde desees, para encontrar los signos nuevos que te orientan hacia una tierra nueva. La oración no es solo una parte necesaria del horario diario de un cristiano o una fuente de apoyo en un momento de necesidad, y tampoco está limitada a los domingos por la mañana o a la hora de comer. La oración impregna todos los aspectos de nuestra vida. Es el eterno reconocimiento de que Dios está dondequiera que estemos, invitándonos siempre a acercarnos más y a celebrar el divino regalo de estar vivos.
En definitiva, una vida de oración es una vida con las manos abiertas: una vida en la que no tenemos que avergonzarnos de nuestras debilidades, sino darnos cuenta de que es más perfecto para nosotros ser dirigidos por el Otro que tratar de retenerlo todo en nuestras manos.
Explorar Todas las Meditaciones
Comentarios de nuestros subscritores de las Meditaciones diarias.
Inscríbete para recibir las meditaciones diarias GRATIS.
Ayudar a compartir la visión espiritual de Nouwen
Al apoyar económicamente a la Sociedad Henri Nouwen, nos apoya a ofrecer inspiración, consuelo y esperanza a personas alrededor del mundo. Gracias por tu generosidad y compañerismo.