John Eudes habló de ese momento, de ese punto que está antes de cualquier comparación, antes del comienzo del círculo vicioso de la profecía autocumplida. Es el momento, punto o lugar donde puede introducirse la meditación. Es el momento de dejar de leer, de hablar, de socializarse y pasar el tiempo meditando. Cuando veas que tu mente empieza de nuevo a luchar, puedes planear un «tiempo vacío» de meditación, interrumpiendo así el círculo vicioso de tus cavilaciones y entrando en el fondo de tu propia alma. Aquí puedes estar con aquel que ya estaba antes de que tú llegaras, que te amó antes de que tú fueras capaz de amar y que te ha dado tu propio ser antes de que fuera posible cualquier comparación. En la meditación podemos llegar a afirmar que no hemos sido creados por ninguna otra persona, sino por Dios; que somos juzgados no por cómo somos con respecto a los demás, sino por cómo cumplimos la voluntad de Dios.