La mujer le dijo a su esposo: «Mira, yo estoy segura de que este hombre que siempre nos visita es un santo hombre de Dios. Hagámosle un cuarto en la azotea, y pongámosle allí una cama, una mesa con una silla, y una lámpara. De ese modo, cuando nos visite, tendrá un lugar donde quedarse». – 2 Reyes 4:9,10 (NVI)

Ayudar a compartir la visión espiritual de Nouwen

Al apoyar económicamente a la Sociedad Henri Nouwen, nos apoya a ofrecer inspiración, consuelo y esperanza a personas alrededor del mundo. Gracias por tu generosidad y compañerismo.

Dona hoy