En el pasado, los santos removieron mucho el fondo de mi conciencia. Durante estos últimos meses han vuelto a entrar en mi conciencia como poderosos guías en el camino a Dios. Leo las vidas de muchos santos y grandes hombres y mujeres espirituales, y me da la impresión de que se han convertido en miembros de mi familia espiritual, siempre presentes para ofrecer sugerencias, ideas, consejos, consuelo, valor y fuerza. Es muy difícil mantener tu corazón y tu mente dirigidos hacia Dios cuando no hay ejemplos que te ayuden en tus dificultades. Sin santos puede que tomemos como modelos a personas menos inspiradoras y sigamos enseguida los caminos de otras personas que durante algún tiempo parecían apasionantes, pero que no son capaces de ofrecer un apoyo duradero. Estoy contento de haber podido restablecer mi relación con muchos hombres y mujeres santos de la historia que, a través de su vida y su obra, pueden servirme de verdaderos consejeros.