Aunque se han escrito muchas cosas positivas sobre la contemplación y la oración contemplativa, mucha gente sigue teniendo la impresión de que la oración contemplativa es algo muy especial, muy «elevado» o muy difícil, y que no está indicada para gente normal con trabajos normales y problemas normales. Y es una lástima pensar así, porque la disciplina de la oración contemplativa es particularmente valiosa para aquellos que tienen muchas cosas en la cabeza y sufren dispersión. Si es verdad que todos los cristianos están llamados a acercar sus pensamientos a un diálogo constante con su Señor, entonces la oración contemplativa puede ser una disciplina que es especialmente importante para quienes están hondamente implicados en los múltiples asuntos mundanos.